habían pasado 23 tardes desde que compré un libro enterrado en lo más profundo de una estantería, la librería parecía una prisión, tenía paredes todas rojas y blancas que se asemejaban a la paz que nos toca el hombro después de tanta sangre, aquel libro hablaba del estado de las mujeres, de cómo todo podía convertirse en una muerte: un tequila, una falda alta, una falda baja, un pantalón, unos tacones, un par de zapatillas, una mirada, en una maletera de auto, en una hoja de papel olvidada en el fondo de la indiferencia, en una violación, en una foto a blanco y negro, en una denuncia, este libro tenía una hoja perdida, podía notar que había sido arrancada con furia estrepitosa, como si quisiera eliminar del índice un caótico evento de una noche en un bar, o una calle oscura, o la puerta de un jardín, cada página en adelante estaba llena de incertidumbre, de familias incompletas, de un embarazo, de un 8 de marzo colmado de flores y ofertas de electrodomésticos en televisión, de comisarías tan llenas de vacío, esa tarde continué una caminata sin rumbo, el sol bañaba con un tono dorado la acera del boulevard, hallé en el camino 25 librerías más, y dentro de estas librerías miles de libros idénticos, de ediciones muy antiguas, otras con 4 meses de haber sido impresas, muchos de ellos con cubiertas destruidas, páginas extirpadas, inundados en una tinta putrefacta que me imposibilitaba abrirlos sin que se desmoronen en un gran fragmento de inexistencia: como si nunca hubiesen existido; los vendedores me comentaron que recibían 5 libros de este tipo cada hora, que aparecían bajo la puerta en una bolsa o un maletín de cuero, con una sonrisa escalofriante se referían a estos escritos como ‘perras’, y comenzaron a lanzarlos de un lado para el otro, mientras reían y aplaudían como creando una sinfonía de horror de alguna película de Alfred Hitchcock; era verano de 2020 y las cifras mantenían el alza, el calor era cada vez más insoportable, mientras bebía un vaso de agua vi que la televisión empezó a hacer reportajes de la trágica desventura de miles de libros durmiendo en miserables estantes, mirando fijamente la paciencia de la injusticia, soñando con algún día ser un avión, una puesta de sol o un campo de margaritas. era verano de 2020 y el calor era realmente insoportable, bebía un vaso de agua mientras estaba recostado sobre el sofá más cómodo que haya podido tocar, este sofá es tan cómodo que me invita a tomar una de las siestas más satisfactorias de mi vida.
ConMisHijosNoTeMetas, a menos que sea transexual, ahí sí mátenlo
nuestro país es uno en el que 104 días de cuarentena no solo incrementaron la cantidad de personas infectadas por el antagónico virus que nos restringe la libertad y nos prohíbe ejercer nuestras necesidades básicas humanas de socialización, sino que parece hipersensibilizar la susceptibilidad de casi todo mundo en la fracción de segundo que toma ver tal crimen moral como el que es una bandera multicolor en el perfil de alguna empresa en facebook, o la campaña publicitaria de Calvin Klein en la que una mujer afroamericana transexual ostenta ropa interior.
basta leer los comentarios de todos estos héroes de las buenas costumbres para hacerme sentir que vivo dentro de una utópica sociedad moralista nutrida de adopciones, un escrupuloso cuidado psicológico del niño peruano, y una muchedumbre de padres que no deja por nada del mundo que alguien se meta con sus hijos, pero luego levanto la mirada y recuerdo que el Perú ocupó el tercer puesto a nivel mundial por casos de violación sexual y feminicidios, y se me pasa.
el peruano puede tener una moral muy erguida al condenar todo acto “sodomita” en este Sodoma y Gomorra en el que se ha convertido nuestra devota lima, pero poco recatado al buscar con entusiasmo algo de pornografía lésbica; nada parece asustarnos más que la erradicación de la idiosincracia conservadora del siglo pasado que mató y humilló a tanta gente, para la cual parece no haber vacuna ni cuarentena que la pare.
hace unos años subió al bus en el que me dirigía a trabajar, por aquellas épocas en las que tenía 18 años, una mujer transgénero que vendía caramelos de menta, consideré que su valentía era envidiable en un contexto no solo machista, sino transfóbico. ella comentaba sobre la violencia institucional, social y discriminación que se habían convertido en su IGV diario, mientras que con una mano sostenía su bolsa de golosinas y con la otra daba manotadas al pasamanos como tratando de mantener el equilibrio, hacia una audiencia que prefería perder la mirada en la ventana y pensar que un perro había abordado el bus. si mal no recuerdo, 3 personas le compraron los caramelos, incluyéndome a mí.
los viajeros que pretendían no escuchar al objeto de su asco visceral son una muy buena analogía que describe el intento de invisibilizar la problemática y crímenes hacia la comunidad trans en el perú, una comunidad que, para una mayoría indiscutible, representa solo la miseria exiliada de la sociedad, cuya única función social es de servir de mofa a nuestra tan sofisticada audiencia de los cómicos ambulantes y programas de comicidad.
¿no se detiene esa sociedad peruana tan rica en moral, religiosidad y preocupación por los niños y adolescentes para pensar en su juventud transgénero, quienes tienen más probabilidades de experimentar discriminación, victimización, rechazo y, en última instancia, cometer suicidio? ¿sabías que el porcentaje de intento de suicidio de las personas trans oscila desde el 32% y 50% a través del mundo?, ¿que dos tercios de ellos se han auto lastimado? ¿acaso las demandas de esta muchedumbre de que no se metan con sus hijos terminaban cuando el hijo era trans? ¿acaso esas condiciones estaban escritas en letras pequeñas y tinta discriminadora?
el número exacto de personas trans difuntas como desenlace del suicidio es difícil de determinar, debido a que la identidad de género (al igual que con la orientación sexual) no está registrado en los certificados de defunción. se exigen programas públicos que garanticen que estas personas en riesgo de suicidio obtengan el apoyo que necesitan en cualquier momento.
no se trata de embestir a un sector conservador o religioso, sino a apelar al sentimiento humano más esencial de humanidad y empatía, a la capacidad de pensar por nosotros mismos y coexistir con la convicción de una fe trascendental y el hecho de que las personas trans no deben ser asesinadas porque también son personas.
día 26
la noche de hoy es
excepcionalmente estrellada,
la oscuridad del cielo
es tan infinita
como la ciencia
astronómica misma,
lima entera tiene un
maravilloso museo abierto sobre ella;
tomó un toque de queda,
una pandemia y
un caos despiadado
observar un firmamento con
tan asombrosa personalidad,
tal vez sea lo más cercano
que muchos de nosotros estemos
de caminar en el espacio exterior
en toda nuestra vida,
mi hermano me comentó que
la más brillante de por allá
es venus,
aunque un momento más tarde
su rostro me advirtió
una duda algo preocupada,
la verdad es que
desconozco el origen de
aquel brillo egoísta,
si es
venus,
o júpiter,
o rigel
o betelgeuse
en todo el esplendor de su agonía,
lo único que sé
es que la noche de hoy es
excepcionalmente estrellada,
tal vez solo por hoy
dejemos de buscarle el nombre,
tal vez solo por hoy
la llame como a ti
la noche de hoy es
excepcionalmente estrellada,
es tan estrellada que
la luna misma se escondió
tras cortinas,
acribillada de miedo escénico,
esto me hizo pensar
que a veces ni
la humanidad misma
es tan indispensable.
día 25
una muchedumbre de niebla
ha estado cubriendo
las tardes limeñas
estos últimos días,
el otoño caudillista,
parece estar,
al fin,
exigiendo su
estatus de monarca
itinerante,
su reino total
sobre nuestro continente
sudamericano,
todos los días oímos
noticias
devastadoras,
arrasadoras,
alarmistas,
desesperanzadoras,
son como la ración masiva
de pan a una nación
que muere de hambre,
un alimento devastador,
la eucaristía
en una iglesia de
33 millones de personas
abrumadas por el pecado,
la incertidumbre
es una lluvia torrencial
que nos visita
a pesar de estar ya ahogados,
la desesperanza que
cubre toda la ciudad
es muy espesa,
es espesa como
esta niebla
que baila un vals macabro
con nuestros edificios,
que pretende entrar por las ventanas
y quedarse a vivir en nuestras casas,
que despedaza el
cielo coral de un verano agonizante,
oh,
la dolorosa
procesión irónica
de tener las más asombrosas
puestas de sol y
no poder verlas
desde algún malecón en magdalena
antes de ir a clase
mientras tomo tus manos
y aseguro que tu pecho
está hecho de polvo cósmico,
que en realidad has nacido
del impacto de muchas estrellas;
esta niebla es muy espesa,
es la niebla más espesa
que haya visto,
es una niebla que
nos quita la esperanza
de volver a vernos
un domingo de
invierno
bajo algún árbol
mientras un centenar
de flores blancas
llueven sobre
nuestras rodillas,
entre tanto,
dejemos que este amor
sea el alimento saludable
que nos mantiene
unidos,
hasta el día
en que podamos regresar
a seguir conquistando
todos los
parques y
museos
del mundo.
día 24
el presidente anunció
15 días más de aislamiento en
televisión nacional
poco más del mediodía,
siendo sincero
ya los venía venir por
la serie de acontecimientos
premonitorios,
pero dicen que la esperanza
es un juego perdido,
y puede,
a veces,
serlo,
en ese instante
todo en mi organismo se
descompuso
y se corrió una apuesta
por saber qué día
sería el primero en derribarme,
fui a la cocina y
me serví un pequeño
vaso de vino blanco
que esperaba su cuarentena
paciente en el refrigerador,
y caí dormido
en el carmesí de mi
sofá,
deja que hagan todos los cortes
en mi cuerpo
si me acercan a ti,
deja que los días me arrastren
por el suelo
si me acercan a ti,
deja que el insomnio
se lleve todas mis sábanas
si me acercan a ti,
deja que mis ojos dejen de
ver más atardeceres
si me acercan a ti,
deja que sueñe que todas
las noches reposo
en el balcón
de tu pecho
luego de tomar
un gran vaso de vino
si eso me acerca más a ti
día 23
podría perderme en
la aterrorizante libertad
de un segundo en tu sonrisa,
podría dibujar un planisferio
de las fronteras en tus labios,
como si fuera una galaxia
hecha solo de tu boca,
un planeta alejado
por los lugares
en los que uno solo puede
soñar con llegar,
hace 6 meses subí a un avión
y emprendí un viaje al territorio
de tu voz,
a la república soberana de tus labios,
arribé un sábado soleado,
me acosté sobre el suave
oleaje de tu piel para tomar una siesta
y me dejé llevar
por las olas,
mi amor,
extravié mis mapas
en el camino,
estoy perdido en los
más gloriosos amaneceres
que haya visto en mi vida,
mi amor,
si el significado de estar
perdido es permanecer
en este viaje sin retorno
entonces
no quiero nunca
ser encontrado
día 22
el pasado otoño
estábamos
tú
y
yo
en lo más alto de
un acantilado
al finall de la avenida
salaverry,
el sol acariciaba
la melodía de tu piel
y se componían
las sinfonías más
sublimes con el suspiro
de tus labios,
como si fuéramos espectadores
de algún teatro vienés,
en medio de una pieza musical
de beethoven o franz liszt,
colocaste sobre el
jardín un sobre blanco
y lo acercaste a mis manos,
como ofreciéndome
un viaje hacia tu pasado
atravesando la línea de
espacio-tiempo,
rompiendo la ley de
lo que se puede y no se puede,
deslicé mis dedos por entre
el papel
y empezaste a hablarme sobre
los distintos detalles
de tus fotografías,
de la plaza cerca a tu casa,
el pastel de tus cumpleaños,
los archipiélagos de tus cejas,
en todas esas fotografías
me hallé yo,
a lo lejos,
desde atrás,
como un
impresionado espectador,
de tu indecible belleza
día 21
el año pasado
viajé a piura,
te comenté los percances
de tan agobiado viaje,
la pérdida de mi pasaje
y mis 40 dólares en desventaja,
la madrugada que pasé
echado sobre 4 bancas
tratando de encontrar
un minuto de sueño,
el clima por allá era extraño
como una ironía hecha
en el momento correcto,
en el lugar correcto,
la vista del océano era vertiginosa,
el sentimiento de estar frente
a más de 100 millas de libertad
era escalofriante,
lo que no te comenté es que
te buscaba,
en cada sábana,
en cada roca,
en cada grano de arena
de la playa pública
del pueblo,
en los 3 amaneceres
que me arrancaban de la cama,
en la esa soledad densa
que me acompañaba
por las noches
en lo más alto de
una montaña,
en las canciones de
mon laferte
que me hacían soñar con
un nombre como el tuyo,
porque un viaje sin ti
es un recorrido
a ciegas,
es barranco
sin bohemia
y sus pintorescos
murales,
es una tarde
sin la catedral de
tus labios,
una experiencia
sin emoción
mi amor,
la luna llena de esta noche
me hace pensar en
que tal vez esta soledad
no es tan mala
si a cada nube
la nombro como
a ti
día 20
cada habitación en esta casa
es un libro abierto,
es una voz que por momentos
me lleva por un paseo
a algún domingo de 2006
a las 7 pm
frente al televisor y un plato de yogurt;
la soledad es como un árbol
en un año sin estaciones,
es una casa sin cerrojos,
es un ropero con nada más
para ofrecer que un pijama,
de alguna manera,
te recuerdo en
un domingo de 2006,
tenías puesto una camiseta
de game of thrones
y una casaca verde como
las hojas a tu alrededor,
eras una primavera suave
esperando en una banca,
la naturaleza es como una parte
de tu piel que siempre
quiere regresar a ti,
yo llegaba
con una gripe en las manos
y muchos pañuelos de papel,
hubiera preferido llevar
flores a tu primavera
o estrellas a tu cielo,
habías pasado la mañana entera
en un museo que nos recuerda
que la violencia es una
guerra que deja muchas crías,
que hubo un tiempo
en el pasado
cuando los años no tenían
estaciones,
ni hojas,
ni primaveras,
solo un constante
perfume lúgubre,
como una nube que amenaza con
llover repentinamente,
esa misma tarde
subimos a un bus
que nos trajo de vuelta
a octubre,
todas las personas miraban
asombrados este viaje astral,
sus ojos observaban
el cielo a través de sus ventanas,
por la noche
caminamos sobre un puente
muy bohemio,
cada paso que dábamos
levantaba un bullicio
de historia,
el viento cargaba
flores de la canela;
de pronto miré con
maravilla
cómo crecían flores
desde mis manos y
traías primaveras
a mi boca,
en medio de un centenar
de personas.
día 19
esta tarde te quiero
escribir un libro,
no solo un párrafo,
un poema
o una carta digital,
si no un libro entero,
un atlas de tus manos,
una colección completa
de todos los países a los
que viajo cuando tus palmas
colisionan con mi pecho
y la luna se encuentra
con el sol
y las nubes empiezan a llover
desde mis ojos,
como la explosión atómica
de muchas estrellas;
podría escribir
la biografía de tu vida
antes de mí,
las comidas favoritas
y tardes después
de tu escuela,
pasatiempos
y siestas de los fines
de semana,
podría escribir
una crónica sobre
el arcoiris en tus labios
y los valles de tu ojos,
sobre las semanas de tus años,
el día en que naciste
7306 margaritas cayeron
sobre mi almohada,
las deposité
en una caja bajo mi cama
y planté una cada día
a un lado de la escalera en mi patio,
recuerdo que el día en que
me hablaste tenía las
manos vacías
y nada más quedaba
por plantar,
quiero escribir acerca
de tu nacimiento,
reemplazaría el nombre
de la primera persona
que te te tocó al nacer
por la mía,
envidio los ojos que te
vieron caminar
bajo tus árboles de membrillo,
esta tarde te quiero
escribir un libro,
un libro tan extenso
que solo quepa en
los 8 mil océanos
que me sumergen
al atlantis de tu mirada.